Recortes de EU precipitan crisis en Naciones Unidas
La reinserción de Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos ha generado una situación crítica para Naciones Unidas, al aplicar recortes significativos a su aportación financiera internacional. Esta medida ha desencadenado una serie de decisiones que podrían modificar drásticamente la estructura organizacional del organismo global.
Plan de reestructuración genera controversia
Ante la crisis económica, el secretario general António Guterres ha impulsado una iniciativa denominada ONU80, diseñada para conmemorar los 80 años de existencia del organismo. Esta reforma plantea posibles fusiones, cierres o reubicaciones de sus agencias especializadas, generando preocupación en sedes clave como Ginebra y Nueva York.
“El plan, hecho con prisas y secretismo, no enfrenta la falta de liquidez ni protege al personal que lleva adelante la misión de la ONU”, expresó Ian Richards, líder de la Unión de Empleados de la ONU en Ginebra, durante una conferencia donde se destacó la incertidumbre sobre el destino de miles de trabajadores.
Riesgo de despidos y reubicaciones
Bajo la dirección de Guy Ryder, exdirector de la OIT, un equipo de trabajo ha desarrollado propuestas que incluyen fusionar la ACNUR con la OIM, así como trasladar oficinas desde ciudades de alto costo. La reducción de financiación estadounidense ha afectado severamente a varias entidades, incluyendo al Programa Mundial de Alimentos y UNICEF.
Nathalie Meynet, representante del consejo de personal de ACNUR, reveló que esta agencia ha perdido el 40% de su presupuesto, lo que podría derivar en la eliminación de hasta 4,000 empleos de un total de 15,000.
Competencia por nuevas sedes internacionales
Países como Ruanda, Turquía, Catar, China, Canadá, Alemania y España (con Valencia) han mostrado interés en albergar nuevas sedes de organismos de la ONU. Sin embargo, el personal en Ginebra advierte que esta dispersión geográfica podría elevar costos operativos y dificultar la participación de naciones en desarrollo.
“Muchos países en desarrollo sólo tienen misiones diplomáticas en Nueva York y Ginebra; si dispersamos las sedes, ellos quedarán fuera de los debates”, reiteró Richards, destacando el impacto en la representación global.
Consecuencias económicas y simbólicas
La posible salida de agencias de Ginebra tiene implicaciones económicas significativas, dado que Suiza invirtió 840 millones de dólares en la restauración del Palacio de las Naciones, su sede europea. Esta situación ha generado preocupación sobre el futuro del multilateralismo y la cohesión interna del organismo.
“El proyecto ONU80, planteado como una celebración por los 80 años de la organización, ha quedado empañado por el temor de que el multilateralismo esté siendo desmantelado desde dentro, arrastrado por los recortes de Trump y una reforma que, lejos de consolidar, amenaza con fragmentar a Naciones Unidas” (con información de EFE).