Un polémico programa migratorio
El gobierno estadounidense, encabezado por Donald Trump, ha implementado un programa que otorga el estatus de refugiados a ciudadanos sudafricanos blancos. Esta decisión generará tensión durante la próxima reunión entre el mandatario estadounidense y el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, quien ha cuestionado públicamente la validez de esta medida y calificado a los beneficiados como “cobardes”.
El jefe de Estado sudafricano tendrá oportunidad de confrontar directamente a Trump sobre este tema durante su encuentro en la Casa Blanca, donde también se abordarán cuestiones comerciales y arancelarias. La controversia surge en medio de afirmaciones contradictorias sobre la situación de seguridad que enfrentan los afrikáneres en su país.
Relatos de una familia reasentada
“Sudáfrica es un país hermoso, y me rompe el corazón que nos hayamos ido”, expresó Errol Langton, un sudafricano blanco de 48 años que junto con su familia de nueve integrantes se estableció en Birmingham, Alabama. El agricultor relató haber sido amenazado en su tierra natal por su condición racial y aseguró que su negocio sufrió consecuencias económicas debido al odio hacia los afrikáneres.
Este grupo migratorio representa a los descendientes de colonizadores europeos que llegaron a Sudáfrica hace cuatro siglos, y cuyo antepasado instituyó el sistema de apartheid en 1948. Aunque ese régimen fue abolido hace décadas, algunos integrantes de esta comunidad afirman enfrentar actualmente discriminación laboral y violencia por su etnia.
Estadísticas y acusaciones cruzadas
Trump ha insistido en que los afrikáneres están siendo víctimas de un “genocidio”, afirmando que “es algo terrible lo que está ocurriendo, y están matando a los granjeros. Da la casualidad de que son blancos”. Sin embargo, los registros policiales sudafricanos no respaldan esta narrativa. Entre abril de 2020 y marzo de 2024, 225 personas fallecieron en granjas sudafricanas, pero muchas de las víctimas -101- eran trabajadores o ex trabajadores negros residentes en esas propiedades.
Vincent Magwenya, vocero del gobierno sudafricano, ha propuesto una investigación independiente para esclarecer estas disputadas acusaciones. Mientras tanto, organizaciones como los Amerikaners han surgido para “apoyar a los sudafricanos privados de sus derechos que buscan un nuevo futuro en Estados Unidos”.
Conflictos por la tierra
La tensión racial en el país africano se centra especialmente en el control de tierras agrícolas. Durante el apartheid, los gobiernos prohibieron a los sudafricanos negros poseer tierras agrícolas de primera calidad, concentrando casi todas las granjas comerciales en manos blancas, situación que persiste en gran medida actualmente.
A pesar de que los ciudadanos blancos representan solo el 7% de la población sudafricana, poseen aproximadamente la mitad del territorio cultivable del país. El gobierno ha intentado equilibrar esta desigualdad mediante programas de reforma agraria, incluida la Ley de Expropiación que permite la adquisición de propiedades por interés público sin compensación económica.
Un proceso migratorio acelerado
En contraste con los largos tiempos de espera habituales para los refugiados, los primeros grupos sudafricanos blancos obtuvieron su reasentamiento en Estados Unidos en menos de tres meses. Cuarenta y nueve personas, incluyendo familias completas, viajaron desde Johannesburgo a EE.UU. a principios de mes según reportó una autoridad aeroportuaria sudafricana.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos estadounidense ha diseñado un plan de integración que incluye “alojamiento temporal o a largo plazo” y “mobiliario básico para el hogar, artículos domésticos esenciales y artículos de limpieza”. Trump anunció recientemente que planea otorgar ciudadanía a estos nuevos residentes.
“Es muy lamentable que parezca que el reasentamiento de sudafricanos en Estados Unidos con el pretexto de ser ‘refugiados’ esté totalmente motivado políticamente y diseñado para cuestionar la democracia constitucional de Sudáfrica”, afirmó Chrispin Phiri, vocero gubernamental sudafricano.