Detalles del incidente
Un elemento de la corporación policiaca de El Paso (EPPD) se encuentra bajo investigación judicial por presuntamente haber sometido físicamente y retenido a una ciudadana durante una interacción privada en un hotel del centro urbano. Los hechos, según documentos legales disponibles, ocurrieron en noviembre del año previo, cuando el oficial Manuel Flores Jr., de 48 años, se encontraba fuera de su turno laboral.
Según el relato de la afectada, el contacto inicial se estableció en un bar hotelero donde ambos coincidieron en una jornada social. Posteriormente, ella aceptó la invitación para continuar la conversación en la habitación del oficial en un inmueble cercano. La mujer detalló que, tras un contacto físico inicialmente consensuado, la situación derivó en una agresión física que incluyó restricción respiratoria y golpes en el rostro.
Acciones del acusado
El testimonio señala que mientras la víctima permanecía en posición horizontal, el oficial la inmovilizó aplicando presión con su rodilla sobre el muslo derecho. Al intentar incorporarse, fue golpeada en tres ocasiones, con especial intensidad en el tercer impacto que le produjo una sensación de desarticulación mandibular. El sometimiento incluyó posteriormente una maniobra de estrangulamiento que duró varios minutos.
Tras el incidente, la mujer declaró haber percibido un cambio repentino en el comportamiento del policía, quien pasó de una actitud agresiva a una aparentemente conciliadora. La situación generó sospechas sobre posibles grabaciones no autorizadas cuando el oficial mencionó:
“Guardo cosas para mis registros por esto”
.
Versión oficial del policía
El acusado presentó una narrativa diferente ante las autoridades investigadoras. Flores Jr. sostuvo que el contacto físico contó con el consentimiento explícito, incluyendo acciones que interpretó como solicitudes de contacto físico más intenso. Su declaración indica que percibió cambios emocionales en la mujer posteriormente, lo que lo motivó a iniciar una grabación de audio como medida preventiva ante posibles acusaciones.
Según su testimonio, el registro audiovisual fue compartido con las autoridades como parte de su defensa, aclarando que dicho material no incluía el acto sexual en sí, sino las conversaciones posteriores que consideró relevantes para su posición.
Consecuencias institucionales
Las autoridades policiales confirmaron que los hechos ocurrieron fuera del ámbito laboral. El caso fue remitido a la fiscalía local tras la investigación interna correspondiente. Actualmente, el oficial se encuentra asignado a labores administrativas mientras se resuelve el proceso penal y el procedimiento disciplinario interno.
El Departamento de Policía emitió un comunicado oficial donde detalló:
“El incidente fue investigado por la Unidad de Investigaciones Especiales del Departamento de Policía de El Paso y presentado a la Oficina del Fiscal del Distrito. En este momento, el oficial se encuentra en servicio administrativo pendiente del resultado del caso criminal y de la investigación administrativa por la División de Asuntos Internos. No hay información adicional que podamos proporcionar”
.
Contexto de la situación
La comunidad local ha manifestado preocupación ante este episodio, especialmente por organizaciones dedicadas a la protección de los derechos femeninos. Las voces críticas demandan mayores garantías de transparencia en los procesos de rendición de cuentas para cuerpos policiacos.
Este caso se suma a una serie de incidentes recientes que han generado debate público sobre las conductas de oficiales fuera de su horario de servicio. Un ejemplo reciente involucra a otro miembro de la misma corporación, Nazik Elomari, quien enfrenta cargos por conducir bajo influencia alcolica y causar daños a múltiples vehículos estacionados.