El fiscal general de Paraguay, Emiliano Rolón, reveló que Sebastián Marset, ciudadano uruguayo acusado de liderar actividades de narcotráfico en Sudamérica, planteó su entrega en ese país a cambio de la liberación de su esposa Gianina García Troche, quien enfrenta cargos relacionados con lavado de activos. La información fue confirmada públicamente durante declaraciones del funcionario al periódico local ABC.
Antecedentes de la fuga y captura
El acusado, incluido entre los cinco individuos más buscados por la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), abandonó junto con su pareja y sus hijos la residencia que ocupaban en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, el 28 de julio de 2023, horas antes de un operativo policial destinado a su captura. García Troche fue extraditada recientemente desde España hacia Paraguay, tras ser detenida en julio de 2024 en el aeropuerto de Madrid proveniente de Dubái, y actualmente cumple prisión en un centro militar ubicado en las afueras de Asunción desde el 21 de mayo.
Propuesta de negociación y respuesta oficial
Según detalló el fiscal Rolón, en los últimos meses de 2024 un exmagistrado y abogado -cuyo nombre no fue revelado- presentó formalmente una solicitud de entrega condicional del narcotraficante. La oferta estipulaba que Marset se presentaría ante las autoridades si se le garantizaba la absolución completa de su esposa. “Nosotros le dijimos que es imposible llegar a un acuerdo con un prófugo sobre nada, pero sí le dimos la garantía de que, si se entrega, va a ser tratado como corresponde, con todas las garantías que la Constitución y las leyes otorgan”, afirmó el representante del ministerio público, quien subrayó que la conversación no fue considerada trascendental dado que el supuesto delincuente “ni siquiera está en el país”.
Carta polémica y acusaciones
La revelación del fiscal se dio a conocer al mismo tiempo que se difundió una carta atribuida a Marset, transmitida por la emisora Carve de Uruguay. En el documento, el prófugo hace duras críticas a los gobiernos de Uruguay, Bolivia y Estados Unidos, con especial énfasis en las instituciones paraguayas. “Yo sé muchas cosas. Quizás por eso cuando mis abogados hablaron con el fiscal general de Paraguay para que yo me entregue y dejaran de molestar a mi familia no aceptaron”, señaló en la misiva. La carta también contiene acusaciones de persecución judicial y política contra su familia, así como de supuesta complicidad de autoridades paraguayas con el narcotráfico que públicamente combaten.
El texto incluye frases como “No me van a agarrar nunca porque inteligencia tienen cero”, y propone una negociación directa: “Si en algún momento quieren llegar a un acuerdo conmigo, mis abogados pueden sentarse a escuchar, pero dejen a mi familia en paz. Yo sé que nada es gratis, pero digan la cifra y terminemos con esta farsa”. Paralelamente, el gobierno estadounidense formalizó cargos contra Marset por lavado de dinero proveniente de actividades ilícitas, sugiriendo que podría estar oculto en Venezuela. Sobre esta acusación, la carta atribuida al narcotraficante incluye una declaración desafiante: “A esos malditos gringos no les tengo ni un pelo de miedo”.