Temor y caos en la capital persa
La capital de Irán enfrenta una situación de conmoción colectiva tras los continuos bombardeos israelíes. Las imágenes de largas filas en estaciones de servicio y panaderías, junto con automóviles intentando abandonar la ciudad, reflejan el clima de inseguridad que predomina.
Un joven estudiante de música de 21 años, comunicándose mediante una aplicación encriptada, relata:
“Hace noches que no dormimos. Todo el mundo se va, pero yo no. Mi padre dice que es más honorable morir en tu propia casa que huir”
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Entre el miedo y la resistencia
Donya, residente que prefiere mantenerse en el anonimato, expresa su preocupación ante la escalada del conflicto:
“Realmente no quiero que mi hermosa Teherán se convierta en Gaza”
. Esta ciudadana, aunque crítica del régimen actual, rechaza la intervención externa:
“No queremos que Israel nos salve. Ningún país extranjero se ha preocupado nunca por Irán. Tampoco queremos la República Islámica”
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Una mujer entrevistada por la BBC describe sus emociones encontradas:
“Al principio sentí una extraña emoción al ver a Israel matar a un grupo de poderosos altos mandos que pensó que vivirían para siempre. De repente, esa imagen de poder se rompió en mil pedazos. Pero, a partir del segundo día, cuando escuché que gente común, que no conocía, personas como yo también habían muerto empecé a sentir dolor, miedo y tristeza”
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Impacto en infraestructura y vida cotidiana
El ataque a la instalación de gas South Pars generó temores sobre posibles estragos económicos. La misma fuente detalla cómo el sentimiento inicial de alivio ante la caída de figuras poderosas dio paso al temor:
“Mi tristeza rápidamente se convirtió en ira cuando supe que el campo de gas de South Pars había sido impactado, temiendo que Israel estuviera tratando de dejar Irán en ruinas”
.
Según reportes oficiales iraníes, más de 220 personas han fallecido desde el inicio de los ataques, incluyendo numerosas mujeres y niños. El gobierno estadounidense, a través de Donald Trump, ha instado a evacuar urgentemente la zona.
Alertas, defensas y desconfianza
A diferencia de Israel, Irán carece de sistemas de alerta temprana o refugios adecuados. La confusión aumentó con informaciones sobre ataques con autos bomba. La ineficacia de los sistemas defensivos ha generado incluso críticas entre seguidores del régimen.
Donya, quien anteriormente desafiaba las normas de vestimenta del gobierno, ahora prefiere permanecer en casa:
“Siento mucho miedo por la noche. Tomo algunas pastillas para relajarme y tratar de dormir”
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División social y refugiados internos
El conflicto ha generado profundas divisiones en la sociedad iraní. Mientras algunos celebran la caída de altos cargos del gobierno, otros rechazan cualquier intervención extranjera. Familias enteras se ven divididas por estas posturas contrapuestas.
Una joven describe esta situación con una metáfora impactante:
“La situación se siente como las primeras horas después de que el Titanic golpeara el iceberg. Algunas personas intentaban escapar, otras decían que no era gran cosa y otras seguían bailando”
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Activistas en el exterior, como Dorreh Khatibi-Hill, expresan su angustia ante esta dualidad:
“Estás feliz de que los miembros del régimen, que han estado torturando y asesinando a personas, estén siendo eliminados. Pero sabemos que los civiles están muriendo. Este es un desastre humanitario devastador”
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