En el contexto del combate por el título gallo femenino en el UFC 316, Kayla Harrison se convierte en el centro de una polémica derivada de su condición física. Su rival en el octágono, Julianna Peña, ha generado controversia al cuestionar públicamente si la musculatura de Harrison responde a un desarrollo natural o al uso de sustancias prohibidas.
Trayectoria imponente y transformación física
Dos veces campeona olímpica en judo y actual referente en las artes marciales mixtas, Harrison sorprende con una silueta atlética poco común en su categoría. Tras dejar el judo en su mejor momento, conquistó dos títulos en la Professional Fighters League (2019 y 2021). Al ingresar a la UFC en 2024, su drástica reducción de peso hasta las 135 libras generó asombro al conservar una masa muscular considerada inusual tras tal cambio.
Acusaciones veladas y defensa contundente
Conocida por su lenguaje directo, Peña no ha evitado cuestionar la complexión de su contrincante. Durante una conferencia de prensa, insinuó que el físico de Harrison resulta “demasiado desarrollado para ser natural”, generando un debate fuera del ámbito deportivo. Ante esto, Harrison respondió con firmeza:
“Nunca he tomado esteroides. Me hicieron una prueba antidopaje por primera vez cuando estaba en la secundaria, porque en ese entonces estaba entre las cinco primeras en el ranking nacional de judo. Y fue entonces cuando EE. UU. empezó a hacer pruebas. Me han hecho más pruebas que a cualquier atleta en la UFC. Una vez, me hicieron cuatro pruebas en un mes. Así que ella puede decir lo que quiera, pero yo sé que estoy limpia, y, otra vez, trabajo realmente, realmente duro”.
Respaldo del entrenador y contexto de la pelea
El entrenador principal de Harrison, Mike Brown, respaldó públicamente a su pupila:
“Hay personas que simplemente no son normales. Son atletas con características físicas excepcionales, auténticas rarezas, y Kayla es una de ellas. Siempre ha mantenido el mismo físico a lo largo del tiempo, lo cual es una clara señal de que es una atleta limpia”.
Brown destacó además que Harrison nunca ha dado positivo en controles antidopaje, atribuyendo su desarrollo a genética privilegiada, disciplina extrema y adaptación profesional.
Contexto del combate y rivalidades previas
Harrison minimizó las provocaciones de Peña, señalando que responden más a estrategias de presión psicológica que a hechos concretos:
“Siempre está tirando espaguetis a la pared a ver si se pegan. Antes de firmar con la UFC, me decía: ‘Si quieres estar en una promotora de verdad, tienes que dar el peso de verdad, y en 145 libras es donde todo pasa’. Luego firmé con la UFC, di 145 libras, y ahora soy un matón de peso. Pero esa es la única categoría de peso que existe. No fue mi elección. Y esto de los esteroides… me hace reír”.
La estadounidense también comparó esta situación con sus enfrentamientos verbales previos con Amanda Nunes, considerando que el exceso de declaraciones forma parte del juego mediático en el deporte.