Descubrimientos inesperados en discos clásicos
Descubrí años después de haber adquirido el álbum Noticias del mundo de Queen en formato vinilo, que faltaba una canción. Al obtenerlo en CD, noté que contenía una pieza que no reconocía. La misma experiencia tuve con Queen Live Killers al comprarlo en CD, donde encontré una canción ausente en la versión original en cassette.
La canción en cuestión era “Get down, make love”, que en español se traducía como “Tiéndete, haz el amor”. Esta traducción era común en aquellos años para los títulos ingleses, como sucedía con “We will rock you” que se conocía como “Nosotros te conmoveremos”. El contenido sexual explícito de la canción explica por qué fue eliminada del álbum durante la dictadura militar argentina en 1978.
Detalles ocultos en las fundas de los discos
Lo más curioso es que en la funda del disco existía un rectángulo negro que tapaba algo, pero en aquel entonces no reparé en ello. No se me ocurrió removerlo para descubrir que ocultaba la letra completa de la canción. Más tarde, al investigar sobre el tema, supe que las letras estaban en inglés con el propósito de cantarlas, no necesariamente comprenderlas.
Censura en canciones populares
Otro caso similar ocurrió con la canción “0303456” de Raffaella Carrá. En Sudamérica, bajo regímenes dictatoriales como los de Videla en Argentina y Pinochet en Chile, se modificó su contenido. En la versión original italiana, se hacía una clara alusión a la masturbación, algo que provocó su prohibición en esas regiones.
En la adaptación que se difundía en Sudamérica, se omitió la referencia a la excitación generada por girar el disco del teléfono, la cual se extendía al cuerpo de la cantante. Aunque no poseía el disco, recuerdo que la canción era muy popular en aquellos años, aunque sin el contenido prohibido.
Películas y espectáculos bajo censura
Otra sorpresa llegó al ver Fiebre de sábado por la noche, protagonizada por John Travolta. La versión que se exhibió en los cines estaba recortada, con una duración reducida en aproximadamente veinte minutos. Las escenas eliminadas eran las de contenido erótico, lo cual alteraba significativamente la narrativa original.
También recordé una parodia de Les Luthiers, “La Bossa Nostra”, donde el chiste estaba en el uso del latín. Más tarde, al estudiar latín, descubrí que había entendido mal la broma. La canción “Pubis pro nobis” tenía un doble sentido que solo comprendí años después, cuando me enteré de la novela que inspiró la película.
La sensualidad prohibida en el escenario
Aunque muchas canciones fueron censuradas, la sensualidad de artistas como Freddy Mercury y Raffaella Carrá era imposible de ocultar. Sus presentaciones estaban llenas de erotismo, a pesar de que las letras fueran modificadas o eliminadas. La forma en que Mercury se movía en el escenario, o cómo Carrá se dejaba guiar por las manos masculinas mientras miraba directamente a la cámara, transmitían una intensa carga sensual.
Estos artistas representaban una forma de libertad en un contexto social reprimido. Sus actuaciones contrastaban con la contención generalizada de la época, ofreciendo un escape emocional a quienes, como yo en mi infancia, buscaban una promesa de disfrute y desenvoltura.
El impacto de la censura en la educación sentimental
La censura también influyó en mi percepción del amor y el erotismo. Canciones de Roberto Carlos, Sandro, Franco Simone y otros artistas marcaron mi juventud con historias de amor. Películas como Melody y Grease, junto con sus bandas sonoras, profundizaron mi comprensión de las relaciones sentimentales y los cambios que conlleva la adolescencia.
En Melody, se mostraba cómo la inocencia infantil se transformaba ante los primeros acercamientos románticos. Por otro lado, Grease destacaba cómo el cambio físico de la protagonista influía en su aceptación social y en su relación amorosa. Ambas obras reflejaban los conflictos emocionales propios de la edad.
El cambio en la percepción del amor y el sexo
Con el paso de casi cincuenta años, la dinámica entre amor y sexo ha cambiado radicalmente. Hoy en día, el sexo está omnipresente, despojado de misterio y convertido en algo rutinario. En contraste, el amor romántico y la seducción son vistos con desconfianza, reemplazados en muchos casos por relaciones estructuradas mediante acuerdos previos o plataformas digitales.
Esta transformación ha hecho que el sexo pierda espontaneidad, mientras que las emociones asociadas al enamoramiento sean vistas con recelo. Las aplicaciones de citas, con sus algoritmos y formularios, buscan resolver de manera mecánica lo que antes era una experiencia cargada de incertidumbre y emoción.