Espectáculo de fuerza en la capital estadounidense
Un desfile militar de grandes proporciones se desarrolló en Washington D.C. el pasado sábado, marcando el cumpleaños 79 de Donald Trump. La Avenida Constitución fue el epicentro del evento que contó con más de 6,000 uniformados y 128 tanques del Ejército. El presidente republicano observó la muestra de poder desde una tribuna cercana a la Casa Blanca, bajo un cielo nublado que permitió la caída de una lluvia ligera durante gran parte del evento.
El mandatario aprovechó la ocasión para destacar las virtudes de las fuerzas armadas, afirmando que “los soldados estadounidenses luchan, luchan, luchan, y ganan, ganan, ganan”. Esta manifestación de fuerza militar había sido deseada por Trump desde 2017, cuando asistió a un desfile similar en París, pero solo se concretó en esta ocasión con motivo del 250 aniversario del Ejército de Estados Unidos.
Presencia aérea y polémica por ubicación
El cielo de la capital estadounidense fue escenario de una exhibición aérea que incluyó aviones de la Segunda Guerra Mundial, como el bombardero B-25 Mitchell, y helicópteros del ejército que volaron a baja altura. Aunque estaba prevista la participación de los paracaidistas Golden Knights al cierre del desfile, estos se presentaron antes de lo programado sobre el National Mall. La organización había considerado un sobrevuelo de aviones de combate de la Fuerza Aérea, pero este plan se descartó por las condiciones climáticas.
La caballería de la 1ra División de Caballería también hizo acto de presencia, recordando su histórica participación en conflictos armados, aunque actualmente su rol se limita principalmente a eventos ceremoniales. Trump aprovechó el evento para tomar juramento a 250 nuevos reclutas y soldados que renovaron su compromiso con las fuerzas armadas.
Críticas por costo y cuestionamientos a su utilidad
El desfile generó controversia incluso antes de realizarse, con cuestionamientos sobre su elevado costo que alcanza los 45 millones de dólares. La organización tomó medidas preventivas para minimizar el impacto en las calles, colocando placas metálicas a lo largo del recorrido para proteger el pavimento de los tanques.
Una encuesta realizada por el Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos y The Associated Press reveló que alrededor del 60% de los estadounidenses considera que este gasto “no es un buen uso” de los recursos públicos. Además, el 78% de los encuestados manifestó no tener una postura definida sobre este tipo de eventos.
Manifestaciones en distintos puntos del país
Paralelamente al desfile, se llevaron a cabo manifestaciones en múltiples ciudades del país bajo el lema “No Kings” (“Sin Reyes”), en clara alusión al rechazo a lo que los organizadores consideran actitudes autoritarias del gobierno. En Washington, los carteles exhibidos por los manifestantes expresaban mensajes como “¿Dónde está el debido proceso?”, “No al desfile militar fascista de Trump”, y “Hazme un gesto obsceno si eres FASCISTA”.
Una de las imágenes más llamativas fue la de una gigantesca marioneta que caricaturizaba a Trump con una corona y sentado en un inodoro dorado. Otros protestantes mostraban pancartas con frases como “Prefiero el hielo triturado”, en alusión a la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), o “La invasión fue AQUÍ el 6 de enero, NO en L.A.”, refiriéndose al asalto al Capitolio.
Presencia de tropas en Los Ángeles
En California, la situación se tensó cuando se activó a la Guardia Nacional sin consentimiento del gobernador local, y se desplegaron marines para brindar seguridad durante las protestas relacionadas con redadas migratorias. En Los Ángeles, las fuerzas de seguridad conformadas por marines, Guardia Nacional y agentes del Departamento de Seguridad Nacional se enfrentaron con cientos de manifestantes que les pedían que regresaran a sus cuarteles.
La tensión escaló cuando la policía montada cargó contra la multitud, empleando bastones para dispersar a los asistentes y lanzando gases lacrimógenos y proyectiles de control de multitudes. Esta medida generó una demanda estatal para detener los despliegues militares en operaciones contra protestas.
Opiniones divididas entre asistentes
Entre los asistentes al desfile había opiniones encontradas. Larry Stallard, ex piloto de American Airlines y votante de Trump, manifestó su desacuerdo con las críticas por el costo del evento: “Es difícil de creer que la gente esté molesta por eso cuando gastamos eso en 10 segundos en cosas que ni siquiera necesitamos”.
Doug Haynes, veterano de la Marina y también votante republicano, consideró que “el desfile era un poco exagerado”, señalando que el despliegue de tanques representa “una declaración muy audaz para el mundo, quizás”. Por otro lado, Kathy Straus viajó desde Richmond para protestar contra el gasto, llevando un cartel que decía “Este desfile podría haber alimentado a veteranos”.
Detalles del evento y clausura
El desfile se sumó recientemente a los planes de celebración del aniversario del Ejército, que incluyó una exhibición de vehículos blindados, helicópteros y equipo militar en el National Mall. Durante el evento, se presentaron artistas como Warren Zeiders y Lee Greenwood, intérprete de “God Bless the U.S.A.”, culminando con un espectáculo pirotécnico.
Las barreras de seguridad rodearon la Avenida Constitución para contener el recorrido del desfile, mientras que en los alrededores se concentraron tanto asistentes al evento como manifestantes contrarios. La asistencia de espectadores fue menor a la esperada, atribuyéndose esto al clima bochornoso y la amenaza de tormentas eléctricas.