Renovación urgente
Para que los grupos progresistas puedan retomar el control gubernamental, es vital que se despojen de estructuras desgastadas, prácticas inadecuadas y liderazgos caducos, buscando en otros sectores sociales a verdaderos guías con propuestas innovadoras, nuevos enfoques y una voluntad renovada.
Lecciones históricas
Aunque se afirma que las masas construyen la historia, es indiscutible que figuras clave han jugado roles trascendentales. La independencia de nuestros países no se entendería sin el empuje de líderes como Bolívar, San Martín, Sucre y O’Higgins. A pesar de que la aceptación ciudadana hacia estos próceres fue tardía, incluso resistida, muchos acabaron exiliados y fueron reconocidos mucho tiempo después.
“Los grandes líderes muchas veces han ido contrasentido de la apatía de sus pueblos para despertar su dignidad y movilización”.
Éxitos y limitaciones
Actualmente, algunos mandatarios priorizan pactos políticos sobre principios firmes, resultando en transformaciones tibias que benefician posiciones conservadoras. En Chile, a pesar de avances socioeconómicos en la posdictadura, los gobiernos han mantenido la Constitución heredada de Pinochet, el modelo económico neoliberal y altos índices de impunidad. Esto ha generado creciente desigualdad, aumento de familias sin vivienda y largas esperas médicas.
Derivas peligrosas
La expansión del crimen organizado, que aprovecha la pobreza, ha promovido corrupción en política, tribunales y empresariado, generando mayor dependencia exterior. Los actuales gobernantes, con débiles convicciones democráticas, han beneficiado a grupos que históricamente se opusieron al orden institucional chileno.
Escenario electoral
Las encuestas reflejan ventaja de candidatos de derecha, augurando su probable acceso a La Moneda y mayoría parlamentaria. Solo una división interna de estos sectores podría evitar la derrota del centroizquierda y sus aliados.
Errores recientes
Los últimos gobiernos progresistas han cometido el error de buscar acuerdos con la oposición en vez de movilizar al pueblo, como ocurrió en el pasado con la nacionalización del cobre o la Reforma Agraria. El presidente Gabriel Boric ha destacado una reforma previsional menor lograda con apoyo de la derecha, olvidando su promesa de eliminar el sistema de AFP. Tampoco logrará acabar con las Isapres de salud.
Críticas al presente
“Su discurso… no se propuso dar cuenta de la marcha político-administrativa de la nación, sino más bien realizar una arenga hacia sus partidarios destinada a que se le confiera el liderazgo que no demostró”.
El mensaje presidencial se centró en pactos con la oposición, priorizando consensos regresivos que erosionan la credibilidad democrática. Se critica que su enfoque busque reforzar su liderazgo para futuras aspiraciones, aprovechando la juventud y la limitada conciencia cívica de muchos ciudadanos.
Comparaciones históricas
Los actuales liderazgos gubernamentales están muy lejos del valor, consecuencia y firmeza de figuras históricas nacionales y continentales. Como señala el autor, “los líderes son como los buenos pastores que marchan delante de sus ovejas hasta que ellas reconozcan sus verdaderos intereses y sean capaz de avanzar resueltamente y en unidad, sin tropezarse con los obstáculos o desviarse en su camino”.