Reconocimientos y vínculos con Yucatán
Gabriela Ortiz, compositora mexicana galardonada con tres premios Grammy en 2025 por su obra “Revolución diamantina”, compartirá su pieza “Kauyumari” a través de la interpretación de la Orquesta Sinfónica de Yucatán. Esta no es la primera ocasión en que su música resuena en la entidad, pues previamente se han ejecutado “Altar de viento” en 2023 y “Voltaje” en 2024.
Importancia de difundir música contemporánea
La artista considera fundamental que las composiciones de creadores vivos se presenten fuera de los grandes centros culturales, señalando que “me encantaría que se pudiera tocar más”. Destaca que las orquestas provinciales enfrentan dificultades económicas para adquirir derechos de ejecución, ya que “la música de Beethoven o Mozart son parte del patrimonio público, no se necesita rentar, ya es de dominio público, pero en el caso de los compositores vivos se debe pagar la renta, porque de eso vivimos”.
Desafíos en la preservación del legado musical mexicano
Ortiz cuestiona la falta de apoyo institucional para grabar obras de compositores nacionales, afirmando que “las orquestas mexicanas no están ayudando a preservar el legado sonoro del país”. Aunque reconoce el valor del Grammy como logro histórico, enfatiza que “el éxito se mide en resolver los problemas musicales para lograr una obra” más que en los reconocimientos obtenidos.
Colaboraciones internacionales y locales
Entre sus colaboraciones recientes, destaca la interpretación de “Revolución Diamantina” por la Orquesta Sinfónica de Boston y su trabajo con Gustavo Dudamel en “Téenek” junto a la Orquesta Filarmónica de Berlín. También menciona su larga trayectoria con la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, así como con su esposo Alejandro Escuer, flautista que ha interpretado varias de sus obras.
Perspectivas personales y creativas
La compositora asegura que “todo puede ser fuente de inspiración”: libros, emociones, pinturas o vivencias. Aclara que “para crear necesita soledad”, pues considera que “una idea musical puede surgir cuando hago cardio o camino junto al mar”. Respecto a su identidad como mujer en un ámbito tradicionalmente masculino, afirma que “ser latinoamericana y mujer representa un doble reto”, aunque siempre prioriza “la calidad sobre el género”.
Influencias culturales y equilibrio estético
Ortiz atribuye a su formación musical y familiar la fusión natural entre tradición y modernidad en sus composiciones: “crecí escuchando todo tipo de música y eso define mi identidad como creadora”. Admite que “ha sido difícil encajar en los lineamientos europeos”, pero reafirma su compromiso con la expresión artística auténtica: “las artes escénicas son colectivas, son un acto de comunicación, y en el caso de la música, cuando está el escucha se cierra el ciclo”.