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Trump impide que Harvard acepte alumnos internacionales y exige que los actuales abandonen el país o se transfieran

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Polémica medida gubernamental contra la universidad

El Ejecutivo de Donald Trump ha dictado una medida que impide a Harvard recibir nuevos estudiantes extranjeros y exige que los inscritos actualmente cambien de institución o abandonen Estados Unidos, en medio de un enfrentamiento prolongado entre ambas partes.

La instrucción fue formalizada mediante una carta firmada por Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, donde se señala: “Les escribo para notificarles que con efecto inmediato, el programa de la Universidad de Harvard de Estudiantes y Visitantes Extranjeros ha sido revocado”.

Conflictos por políticas académicas

La institución académica no accedió a las demandas del grupo especializado del gobierno republicano sobre lucha contra el antisemitismo, que contemplaban modificaciones en procesos de contratación y admisión, además de verificaciones ideológicas al personal docente vigente.

Como represalia, se redujo en más de 2,000 millones de dólares la financiación federal para investigaciones, lo que motivó a Harvard a presentar una querella judicial para recuperar esos recursos económicos.

Impacto en la comunidad estudiantil

La orden gubernamental afecta directamente a cerca de 6,800 estudiantes internacionales que cursan estudios en el campus de Cambridge, Massachusetts, equivalentes a más del 25% de la matrícula total de 24,596 alumnos. La mayor parte de este colectivo corresponde a programas de posgrado.

De acuerdo con la normativa, estos estudiantes deberán optar entre su traslado a otra institución educativa o la pérdida de su estatus migratorio, lo que los dejaría expuestos a procedimientos de expulsión.

En declaraciones públicas, Kristi Noem justificó la medida indicando: “La dirección de Harvard ha creado un ambiente inseguro en el campus al permitir que agitadores antiestadunidenses y proterroristas acosen y agredan físicamente a personas, incluyendo a muchos estudiantes judíos, y obstruyan de otras maneras su otrora venerable entorno de aprendizaje”.

Posiciones contrapuestas

Jason Newton, vocero de Harvard, manifestó: “La acción del Gobierno es ilegal. Nos comprometemos plenamente a mantener la capacidad de Harvard para acoger a estudiantes y académicos internacionales, provenientes de más de 140 países, que enriquecen enormemente a la Universidad y a esta nación”.

La secretaria federal enfatizó: “Es un privilegio, no un derecho, que las universidades matriculen a estudiantes extranjeros y se beneficien de sus mayores pagos de matrícula para aumentar sus multimillonarias dotaciones”. Agregó que “este Gobierno responsabiliza a Harvard por fomentar la violencia, el antisemitismo y coordinarse con el Partido Comunista Chino en su campus”.

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