El fin de semana pasado, mientras sintonizaba el canal público español, observé una entrevista con el segundo al mando de una organización dedicada a la defensa de derechos humanos. En dicha conversación, abordó el preocupante incremento de actos violentos contra un grupo minoritario. Lo curioso del escenario era el fondo: estantes repletos de coleccionables tipo muñecos, esos que representan personajes de cine y series.