Evidencia estadística en el debate económico
Un gráfico elaborado por el economista Amilcar Collante circuló ampliamente en redes sociales, mostrando datos del sector energético argentino entre enero de 2024 y abril de 2025. Según la información, el país registró un ingreso neto de USD 5,940 millones provenientes del sector energético, mientras que las salidas de divisas por concepto de turismo y consumos internacionales ascendieron a USD 9,300 millones.
El análisis generó preocupación entre algunos sectores, sintetizada en el comentario de un periodista: “Nos estamos consumiendo Vaca Muerta en viajes a Miami y Brasil”. Esta opinión fue acompañada de indicadores visuales que sugieren riesgos en esta tendencia.
Crítica al enfoque mercantilista
Una primera reflexión cuestiona la validez de medir el bienestar económico únicamente por el volumen de divisas que entran o salen del país. Este enfoque, heredado de prácticas mercantilistas anteriores a Adam Smith, enfatizaba la acumulación de metales preciosos como medida de riqueza nacional.
Según la visión moderna de la economía, la prosperidad no depende exclusivamente de mantener un saldo positivo en divisas, sino de la capacidad productiva del país. En este contexto, el turismo puede entenderse como un consumo legítimo que satisface necesidades, siempre que se financie con ingresos genuinos.
Comparación sectorial de flujos cambiarios
Utilizando la misma base de datos, se observa que el sector agropecuario y de alimentos generó entradas netas de USD 13,000 millones durante el periodo analizado. En contraste, el sector industrial registró salidas netas de USD 15,600 millones.
Este fenómeno refleja patrones normales de especialización económica, donde distintos sectores tienen comportamientos cambiantes según su orientación exportadora o importadora. En un sistema de mercado libre, estas transacciones resultan de decisiones voluntarias de agentes económicos.
Interpretación del déficit turístico
El déficit en la balanza turística no es un fenómeno nuevo en Argentina. Según registros del Banco Central entre 2017 y 2025, nunca se registró un saldo positivo en este rubro. Esta situación podría responder a factores estructurales relacionados con la especialización económica del país.
De hecho, en períodos previos a crisis económicas, como el de 2018 cuando el dólar cotizaba a 20 pesos y la inflación anual era del 25%, se observaba un déficit turístico mayor. Esto sugiere que el turismo internacional puede ser un indicador de estabilidad económica más que un factor causante de crisis.
Conclusión sobre la sostenibilidad económica
Para el autor, la clave no está en restringir el turismo internacional, sino en garantizar que los déficit externos sean sostenibles. Esto implica contar con fuentes sólidas de generación de divisas, como el desarrollo de Vaca Muerta, exportaciones agrícolas, inversiones extranjeras directas o créditos internacionales responsables.
“De hecho, se tratará de un síntoma más de la normalización de la economía argentina, que todos esperan que ocurra gracias a la nueva política económica comenzada a fines de 2023”