Judicial

Madre denuncia desaparición de su hija menor durante paro judicial en CDMX

Publicado

el

Diana Flores atraviesa una situación angustiante desde que su hija Dana, de seis años, fue sustraída por su padre el 15 de junio pasado. Ese día, según estableció un tribunal, el hombre tenía derecho a pasar tiempo con la menor, pero al término de la visita no la devolvió y se ausentó con la niña.

Me quitaron a mi hija y el juzgado está cerrado“, expresa desesperada. La parálisis judicial derivada de un conflicto laboral le ha impedido presentar ante un juzgado de familia la falta de regreso de su hija, dejándola sin recursos legales para actuar.

Violencia vicaria y sistema judicial inoperante

Este episodio encierra características de violencia vicaria, modalidad de violencia de género donde los hijos se convierten en instrumentos de control contra las madres. En este escenario, las niñas y niños no solo son utilizados como herramientas, sino que sufren las consecuencias directas de los conflictos parentales.

El Poder Judicial de la Ciudad de México se encuentra en paro parcial desde el 20 de mayo, cuando empleados de tribunales familiares iniciaron una huelga demandando un aumento salarial del 10 por ciento. El 5 de junio la protesta se extendió a otras dependencias, entre ellas la Ciudad Judicial en la colonia Doctores, dejando miles de casos familiares en suspenso.

Anuncio

Intentos frustrados de respuesta institucional

La abogada Mariana Estrada, encargada de representar a Diana, denuncia que “el señor aprovechó el paro judicial para sustraer a la niña“. La parálisis judicial impide que se notifique oficialmente al tribunal sobre la no entrega de la menor, situación que el padre utilizó para mantenerla bajo su custodia.

Ante la falta de acción del sistema capitalino, la madre intentó interponer la denuncia en el Estado de México, lugar donde reside el padre de Dana, sin obtener respuesta. Finalmente logró presentar una queja ante la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México, aunque el proceso avanza con lentitud y sin certeza.

Un símbolo de resistencia

Sin respuestas judiciales, Diana mantiene viva la esperanza a través de los recuerdos. Cada día lleva consigo el peluche favorito de Dana, un objeto de felpa que su hija solía acompañarla siempre. “Me da fuerzas“, confiesa con voz entrecortada.

Pido empatía, porque muchas mamás estamos pasando por esto. Pero también por los niños, porque ser separados así de su mamá es violencia

El conflicto judicial ha revelado las fallas de un sistema que, al detenerse, expone a los sectores más vulnerables. En este vacío, la violencia vicaria encuentra terreno fértil para expandirse sin control.

Diana no solo busca recuperar a su hija. Su lucha también apunta a garantizar el derecho de ambas a vivir libres de miedo, manipulaciones y la condición de rehenes de una estructura institucional que actualmente no responde.

Anuncio

Deja un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

En tendencia

Salir de la versión móvil