Un hito tecnológico sin precedentes se alcanzó en Italia, donde científicos del Instituto Italiano de Tecnología lograron que un robot humanoide realizara un vuelo autónomo utilizando un jetpack. Este logro, considerado revolucionario, marca un antes y un después en el desarrollo de la robótica.
Detalles del robot y su primer vuelo
iRonCub3, el robot protagonista de este logro, pesa 70 kilogramos y está equipado con cuatro motores a reacción estratégicamente colocados: dos en los brazos y dos en una mochila. El aparato logró elevarse 50 centímetros del suelo, manteniendo el equilibrio durante el breve vuelo a pesar de las condiciones aerodinámicas complejas y la presencia de viento.
Desafíos técnicos y soluciones innovadoras
El diseño del robot presentaba grandes desafíos: sus extremidades móviles y estructura alargada lo hacían inherentemente inestable. Para resolver esto, los ingenieros incorporaron una columna vertebral de titanio y materiales resistentes al calor, capaces de soportar temperaturas de hasta 800°C generadas por los gases de escape.
Papel crucial de la inteligencia artificial
El cerebro del robot no está en su hardware, sino en el software. “El verdadero motor del vuelo… no está en el hardware, sino en el software”, afirmaron los investigadores. El sistema utiliza modelos de inteligencia artificial entrenados con datos simulados y reales, lo que permite al robot adaptarse a turbulencias, cambios en su centro de masa y movimientos bruscos en tiempo real.
Diseño integrado para mayor estabilidad
El equipo de investigación adoptó un enfoque de diseño integral, optimizando tanto la forma física del robot como la ubicación de los motores. Esta combinación de estructura física y algoritmos avanzados permite a iRonCub3 responder rápidamente a entornos cambiantes y mantener su orientación en el aire con gran precisión.
Potenciales aplicaciones prácticas
Más allá de su valor como demostración tecnológica, iRonCub3 tiene un amplio potencial de aplicación práctica. El robot podría ser utilizado en misiones de rescate, exploración de zonas de alto riesgo o tareas donde la intervención humana resulta inviable. Actualmente, los investigadores trabajan en nuevas simulaciones para mejorar el sistema de propulsión y prepararlo para condiciones aún más extremas.