En medio de las frías aguas del Atlántico Norte, un inusual iceberg de color negro fue avistado, generando asombro entre testigos y atrayendo el interés de expertos. A diferencia de los típicos ejemplares blancos, esta estructura de hielo ha despertado múltiples interrogantes sobre su origen y características únicas.
Un testimonio que generó intriga global
El descubrimiento se dio gracias a Hallur Antoniussen, un pescador que navegaba en el mar de Labrador en el barco Saputi. Al observar el fenómeno, grabó el momento describiendo su forma como “similar a un diamante”. El video, difundido en plataformas digitales, rápidamente llamó la atención del público.
La paleta de colores en los icebergs
Contrario a lo que comúnmente se cree, los icebergs no siempre son blancos. Las pequeñas burbujas de aire dentro del hielo reflejan la luz, dando ese color característico. No obstante, cuando estas burbujas se comprimen a lo largo de siglos, el hielo puede adquirir tonos azules o incluso colores más atípicos.
Posibles razones detrás del tono oscuro
Según el especialista Lev Tarasov, investigador de la Universidad Memorial de Canadá, el color oscuro del iceberg podría explicarse por sedimentos provenientes del glaciar que lo originó. Elementos como tierra, piedras y componentes minerales, al quedar incrustados en el hielo, podrían haber generado esa tonalidad particular.
Otra teoría sugiere que el hielo pudo haber absorbido residuos de ceniza volcánica o fragmentos de un meteorito antiguo. Estas impurezas, acumuladas a través de milenios, no solo afectan su apariencia, sino que también revelan información valiosa sobre eventos geológicos antiguos.
Icebergs que guardan historias del planeta
Este no es el primer caso que ha intrigado a la comunidad científica. Un ejemplo notorio fue el iceberg verde avistado en la Antártida en 1985. Tras años de estudio, se determinó que su color se debía a la combinación de hierro del fondo marino y hielo glacial de gran pureza. Tales casos muestran cómo estos bloques de hielo pueden funcionar como registros naturales que contienen minerales y sedimentos, influyendo también en los entornos marinos.
Un enigma sin resolver
Actualmente, el enigmático iceberg del mar de Labrador sigue su deriva sin que se haya podido confirmar su procedencia exacta. Debido a las dificultades para acercarse a él y estudiarlo directamente, es probable que su misterio permanezca intacto hasta que se derrita completamente en el océano Atlántico.