Decisión irreversible hacia mejor calidad de vida
Sandra Laurie y Warner, pareja proveniente de Irlanda con dos hijos, tomaron en 2017 la determinación de establecerse en la Costa del Sol. Según sus declaraciones, las presiones financieras y la exigente rutina en su tierra natal los llevaron a buscar alternativas. Detallaron que destinaban 1.800 euros mensuales exclusivamente en gastos de crianza antes de su traslado. Actualmente disfrutan de una residencia con instalaciones completas a escasa distancia de la playa, adquirida en 2022.
Encuentro casual que cambió su destino
El germen de este cambio surgió durante una visita conmemorativa por sus 30 años. En conversación con What’s The Jam, Sandra explicó:
“Habíamos conocido a otras familias que ya vivían en la Costa del Sol, y su estilo de vida relajado y al aire libre con los niños nos hizo darnos cuenta de lo que nos estábamos perdiendo”
. El momento decisivo llegó en el vuelo de regreso, cuando coincidieron:
“Es ahora o nunca”
. A pesar de contar con ingresos considerados cómodos y una hipoteca mensual de 600 euros en Irlanda, el mantenimiento infantil representaba 1857 € mensuales.
Presión económica por condiciones médicas
Las exigencias financieras se agravaban por requerimientos sanitarios especiales, ya que uno de sus hijos padece asma crónica. Esto generaba múltiples consultas médicas y gastos elevados en tratamientos. Sandra describió la situación:
“A menudo nos veíamos obligados a elegir entre la medicación y las facturas. Estábamos agotados y no teníamos tiempo para la pareja ni para la familia, y vivíamos en un ciclo constante de estrés”
.
Transformación financiera en nuevo entorno
Tras vender su propiedad en Irlanda, obtuvieron 50.000 euros que cubrieron su estadía inicial. Sandra destacó los contrastes:
“La diferencia en nuestro estilo de vida fue inmediata y drástica. Las cuotas de la guardería pueden estar muy subvencionadas o ser gratuitas, la escuela primaria es gratuita y empieza a los tres años, y el cuidado extraescolar está muy subvencionado para los padres que trabajan”
. Las mensualidades por cuidado infantil descendieron a 200 euros, otorgándoles mayor flexibilidad económica para actividades sociales.
Adaptación cultural y beneficios familiares
La integración a la cultura mediterránea resultó fundamental. Sandra resaltó:
“En España todo gira en torno a la familia, así que no solo nos beneficiamos económicamente, sino que nos adentramos en una cultura en la que socializas con tu familia, y es normal ver familias comiendo juntas en restaurantes a las 21 y a las 22 h.”
Los pequeños incrementaron su actividad al aire libre y deportiva, mientras la dinámica familiar se fortaleció en un entorno percibido como más seguro y equilibrado.