Llamado unificado por cese de operaciones nucleares
Más de setenta organizaciones contrarias a la energía nuclear en España y Portugal han unido fuerzas mediante un documento público que exige el cumplimiento del cronograma establecido para el cese de actividades en instalaciones atómicas del país ibérico.
La iniciativa, promovida por el Movimiento Antinuclear Extremeño y Portugués, destaca que aunque Portugal no cuenta con plantas de este tipo, el flujo fluvial del Tajo transporta elementos contaminantes de origen radiactivo, según reportan en comunicado oficial.
Reclamo por seguridad y desarrollo sostenible
Entre las demandas principales figura el cierre inmediato de ambos reactores en la instalación de Almaraz, considerada por los firmantes como una amenaza constante para la salud colectiva y los ecosistemas fluviales transfronterizos, al haber superado ampliamente su periodo operativo recomendado.
“Las empresas eléctricas y los poderes públicos no pueden seguir ignorando esta realidad, ni usar el miedo al desempleo como excusa para justificar una decisión insostenible y peligrosa”
Los promotores del manifiesto cuestionan la falta de visión estratégica por parte de autoridades regionales para establecer un modelo productivo alternativo en la región de Campo Arañuelo, alejado del riesgo atómico.
Propuesta económica y ambiental alternativa
Las organizaciones proponen un modelo de reconversión basado en energías limpias, agricultura orgánica y turismo ecológico, enfocado en áreas protegidas como el Geoparque Villuercas Ibores y el Parque Nacional de Monfragüe.
Destacan que los recursos destinados al desmantelamiento nuclear deberían combinarse con programas de capacitación laboral para garantizar empleos estables en sectores sostenibles.
Según datos mencionados, la región ya genera más electricidad renovable de la que consume, con proyecciones de alcanzar 16,000 MW de capacidad verde para 2030, incluyendo sistemas hidroeléctricos de almacenamiento por bombeo.
Demanda de justicia energética
El movimiento critica la concentración de beneficios energéticos en corporaciones multinacionales, pidiendo un sistema distributivo que favorezca a comunidades locales.
“Extremadura no puede seguir siendo una colonia energética”
Finalizan exigiendo la creación urgente de un depósito geológico subterráneo para residuos atómicos, con costos completamente asumidos por las empresas operadoras, y una restauración completa del sitio post-desmantelamiento.
