Temor a antiguas influencias
El histórico boxeador mexicano, Julio César Chávez, ha manifestado públicamente su decisión de no regresar a Culiacán, lugar que considera de alto riesgo para su estabilidad personal. El deportista explicó que en esa ciudad permanecen individuos que intentarían involucrarlo nuevamente en actividades relacionadas con sustancias prohibidas.
En una conversación ofrecida al programa Un Round Más, el excampeón mundial detalló que su residencia en Tijuana se debe principalmente al proceso de recuperación que emprendió para superar sus adicciones. “Me quedé en Tijuana por mi recuperación porque fue donde, a través de batallar con mi maldita pinche adicción, pude vencerla. Entonces, me quedé aquí porque me daba miedo ir a Culiacán porque tú sabes, los amigos”, confesó el deportista con franqueza.
Preparación de legado
Paralelamente a sus declaraciones personales, el César del ring ha enfocado sus esfuerzos en entrenar a su hijo, Julio César Chávez Jr., quien enfrentará en junio próximo al youtuber Jake Paul en un combate que ha generado gran expectación mediática. La participación del joven en este evento ha derivado en una serie de confrontaciones verbales entre su padre y el oponente, añadiendo tensión al evento deportivo.
La relevancia del encuentro ha trascendido tanto que incluso el artista Bad Bunny expresó públicamente su interés por haber tenido un enfrentamiento en el ring con el propio Julio César Chávez en su etapa activa.