El proceso de cambio en Siria ha desencadenado una campaña de restricciones contra grupos palestinos que operaban en el país. Esta situación ha provocado la salida de importantes líderes de organizaciones respaldadas por Irán, según reportes de medios internacionales.
Redadas y medidas contra grupos palestinos
Entre las acciones emprendidas por las nuevas autoridades se encuentran operativos que resultaron en la detención de Talal Naji, representante del FPLP-CG, y miembros de la Yihad Islámica Palestina. Esta estrategia se interpreta como una limpieza de influencias proiraníes en el terreno, considerando que estos grupos históricamente han recibido apoyo del régimen de Teherán.
“Los líderes de facciones palestinas en Siria, que estaban cerca del régimen anterior y apoyados por Teherán, abandonaron Damasco después de que las nuevas autoridades los hostigaran y confiscaran sus propiedades”, informó Al-Arabiya. Entre los que dejaron el país figuran figuras como Khaled Jibril y Khaled Abdel Majid.
Acercamiento a Occidente
La administración liderada por Ahmed al-Sharaa busca demostrar su compromiso contra el terrorismo como parte de un esfuerzo por establecer relaciones con Estados Unidos y Europa. Este giro se evidenció en el encuentro entre Sharaa y el presidente estadounidense Donald Trump en Riad, así como en declaraciones del enviado especial para Siria, Tom Barrack, sobre la necesidad de levantar sanciones para permitir un futuro mejor para los ciudadanos de ese país.
Impacto en Líbano
La presión sobre estas organizaciones no se limita a Siria. En Líbano, fuentes gubernamentales revelaron que durante la visita del presidente palestino Mahmoud Abbas se alcanzó un acuerdo para retirar armamento de los campos de refugiados, comenzando a mediados de junio. Esta iniciativa busca fortalecer la autoridad estatal libanesa y limitar la presencia armada de grupos como Hezbolá y organizaciones palestinas.
El comunicado conjunto entre Abbas y el mandatario libanés Joseph Aoun establece “el compromiso con el principio de la posesión exclusiva de armas por el Estado libanés y con la eliminación de cualquier manifestación que viole la lógica del Estado libanés”. La situación afecta a más de 220,000 palestinos residentes en campos de refugiados con condiciones críticas en Líbano.