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Turismo exprés de un día: La polémica moda de viajar en avión sin pernoctar

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Una nueva forma de viajar que divide opiniones

Una modalidad de turismo aéreo de corta duración está causando controversia en Europa. El fenómeno, denominado extreme day tripping, consiste en realizar viajes de ida y vuelta en un solo día a ciudades europeas cercanas, sin necesidad de pernoctar fuera del lugar de origen. Esta práctica se ha popularizado gracias a la disponibilidad de vuelos económicos, permitiendo a los viajeros visitar destinos como Oporto, Barcelona o Venecia en un solo día.

Quiénes son sus principales adeptos

Según declaraciones de Rick Blyth, director de una plataforma especializada en este tipo de viajes, el perfil de los participantes incluye parejas que buscan aventuras rápidas, jubilados con flexibilidad de tiempo, y estudiantes con presupuesto limitado que desean explorar Europa. El modelo económico permite aprovechar ofertas y promociones de última hora sin incurrir en gastos de alojamiento, convirtiéndose en una alternativa atractiva para quienes no pueden dedicar varios días a viajar.

Beneficios económicos y oportunidades comerciales

El fenómeno está vinculado al aprovechamiento de oportunidades económicas específicas. Expertos como Cédric Maillaert, profesor de turismo sostenible, destacan que muchos participantes realizan compras en Polonia por precios más bajos, mientras otros aprovechan entradas económicas para eventos en Milán o visitas guiadas en Venecia. Esta tendencia refleja el interés por maximizar experiencias en corto tiempo, aprovechando ofertas temporales.

Criticas por impacto ambiental y social

A pesar de su popularidad, el extreme day tripping enfrenta críticas significativas. Jean-Michel Decroly, académico especializado en turismo, señala que

“contribuye a responder al deseo de maximizar el número de experiencias que podemos vivir en un corto periodo de tiempo”

, vinculando la práctica con la presión social por exhibir viajes frecuentes en redes sociales como símbolo de estatus.

El impacto en la economía local es considerado mínimo, ya que los turistas evitan gastos en hospedaje y alimentación. Como resultado, los beneficios para comerciantes y empresas locales son casi inexistentes.

“No reviste especial interés para la sociedad, a nivel colectivo. No habrá territorios que intenten atraer a este tipo de clientela, porque no aporta mucho a los profesionales del turismo”

, explica Maillaert.

Consecuencias ecológicas y medidas de control

El impacto ambiental es otro punto de controversia. Aunque económicamente accesible para los viajeros, el uso frecuente de vuelos de bajo costo genera altos niveles de contaminación. Jean-François Defour, representante de una asociación de agencias de viajes, es contundente:

“Aunque somos comerciantes, no fomentamos en absoluto este tipo de vacaciones, que, en términos de sostenibilidad, son un completo disparate. Es mejor viajar con menos frecuencia y durante más tiempo”

.

Para mitigar los efectos, algunas autoridades han implementado medidas. Venecia introdujo en 2024 una tarifa de cinco euros para visitantes de un solo día durante temporadas de alta afluencia. En Bélgica, se aplican impuestos a los boletos aéreos que oscilan entre 2.40 y 10 euros, con planes de incrementarlos próximamente. Estas acciones buscan frenar la expansión de una práctica que, aunque atractiva para algunos, plantea desafíos significativos en términos de sostenibilidad y desarrollo turístico local.

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