El mandatario estadounidense, Donald Trump, promulgó tres ordenanzas destinadas a revitalizar el sector nuclear del país. Las nuevas disposiciones buscan agilizar los procesos de autorización, ampliar la capacidad de plantas operativas y flexibilizar requisitos de seguridad.
Marco estratégico para la energía atómica
“Es política de Estados Unidos acelerar y promover en la mayor medida posible la producción y el funcionamiento de la energía nuclear para proporcionar energía asequible, fiable, segura y protegida al pueblo estadounidense, para impulsar tecnologías avanzadas de reactores nucleares”,
expone textualmente una de las directrices emitidas. El documento enfatiza la importancia de desarrollar infraestructura para garantizar liderazgo industrial global, alcanzar independencia energética y optimizar recursos nucleares mediante técnicas de reutilización.
Reorganización regulatoria y objetivos ambiciosos
El plan busca multiplicar por cuatro la generación nuclear en un cuarto de siglo, meta considerada compleja de alcanzar. La iniciativa transfiere facultades de aprobación de proyectos avanzados desde la agencia reguladora independiente, que ha supervisado el sector durante medio siglo, al Departamento de Energía.
Actualmente, las 94 instalaciones nucleares operativas cubren el 19% de la demanda eléctrica nacional, mientras los combustibles fósiles aportan el 60% y las renovables el 21%, según datos oficiales. La administración simultáneamente estimula al sector del carbón y reduce apoyos a energías limpias.
Conexión con tecnología de punta
“Tenemos suficiente electricidad para ganar la carrera armamentística de la IA con China”
destacó el titular del Interior, Doug Burgum, durante el evento en el Despacho Oval. El funcionario enfatizó que las decisiones energéticas de los próximos años definirán el rumbo del sector por medio siglo.
Una de las ordenanzas establece despliegue urgente de tecnología nuclear avanzada para sostener objetivos estratégicos, incluyendo alimentación de infraestructura de inteligencia artificial. Se instruye al secretario de Defensa a implementar reactores en instalaciones militares en tres años, y al de Energía a designar centros de datos de IA como infraestructura crítica, con despliegue de tecnología nuclear en 30 meses.